El Análisis Bioenergético es una terapia que aúna el enfoque analítico y el cuerpo para tratar el trauma y aportar salud física, mental y emocional.
También conocido como BIOenergética, el Análisis Bioenergético procede de los fundamentos del psicoanálisis de Freud y del análisis del carácter de Reich.
Comprender cómo funciona el Análisis Bioenergético es comprender cómo funciona el cuerpo a nivel orgánico, somático y biológico. Sabemos que cuerpo y mente son una unidad, que no se pueden separar. Desde hace tiempo, se ha entendido que hay que considerar al cuerpo a la hora de tratar las emociones y pensamientos en la terapia, y lo mismo sucede en la medicina a la inversa, hay que tener en cuenta las emociones y pensamientos a la hora de tratar el cuerpo.
El cuerpo forma parte de la psique, tiene memoria celular y refleja la forma de vida que la persona ha tenido. Quizá es esta la parte más compleja de comprender, por eso voy a profundizar sobre este aspecto.
Cuerpo y mente se desarrollan al unísono. A medida que crece el bebé y pasa a su etapa infantil, luego adolescente y, más adelante, la madurez, se desarrolla la personalidad de esta persona en función de los estímulos externos recibidos, la relación con las figuras parentales (o cuidadoras), la educación recibida, las enseñanzas escolares, el entorno en el que crece, etc.
Como sabemos, el desarrollo de un tipo de personalidad u otra va a depender siempre de factores externos, como los descritos antes, y factores internos, como la genética.¿Y qué sucede con el cuerpo? Pues vamos a descubrir que sucede algo muy parecido. El motivo es que el cuerpo es sensible al entorno, flexible ante los estímulos y adaptativo para la supervivencia. El cuerpo también tiene una predisposición genética a desarrollar una forma u otra según la madre y el padre, o una enfermedad congénita. Sin embargo, el cuerpo también reacciona ante los factores externos, aprendiendo ante cada situación y adaptándose para protegerse.
Antes mencionaba que la mente se desarrolla al pasar por las etapas de la infancia, la adolescencia y la juventud. El cuerpo también realiza este recorrido y no es ajeno a lo que ocurre en cada una de ellas. Los primeros siete años de vida son cruciales para la persona, pues es aquí cuando se van forjando la personalidad, la estructura corporal y el carácter. De esto hablaré más adelante.
Para sobrevivir el cuerpo (como la mente) aprende a permitir ciertas expresiones así como a reprimir tantas otras. Es una estrategia primitiva para subsistir que, inicialmente, es válida y tiene su propio sentido pero, a la larga, se convierte en una paradoja: todo lo que el cuerpo ha hecho para salir adelante en la vida se transforma en represión emocional y limitación expresiva. Es precisamente esta represión la que va a influir determinantemente en la creación de una estructura corporal u otra, y por tanto, un carácter u otro.
Si eres un cuerpo vivo, nadie puede decirte cómo has de sentir el mundo.
Y nadie puede decirte qué es la verdad, pues tú mismo la sentirás. El cuerpo no miente.
— Stanley Keleman
Autor de la Experiencia Somática