La vida se nos escapa cuando dejamos de seguir nuestros deseos y la coraza nos atrapa.
— Elena Guerrero
Analista Bioenergética
Comparto esta cita de Elena, analista bioenergética, que me ha tocado profundamente.
¿Cuánto dejamos pasar bajo la apatía de nuestro carácter? Es cierto que la vida transcurre y estamos en ella de una u otra manera.
Sin embargo, nuestro carácter (o estructura) determina el modo: una vida intensa, llena de experiencias, de contactos sociales, o una vida apática, apagada y aparte del mundo, o una vida entre ambos.
No nos engañemos, ni una ni otra es mejor mientras no estén conectadas con el deseo (y no hablamos del deseo sexual, si no del deseo como motor en la vida).
Ésa vida llena de experiencias puede estar alimentada por un carácter narcisista, egoico e histérico, donde el motor no es el deseo si no el poder, el éxito o la seducción.
Y ésa vida apática (casi muerta) puede estar alimentada por un carácter masoquista, dependiente y desconfiado, donde el motor claramente no es el deseo, si no la rabia, el apego neurótico o la tristeza profunda.
Tanto de una manera como otra la vida se nos escapa por que está desconectada de nosotros, mientras que nuestro carácter la vive a su antojo, como él necesita, como él ha dispuesto.
Por esto es tan valioso conocer el carácter, el tuyo propio, pues es conocer las barreras que te limitan, censuran y controlan. Conocer tu carácter (tu estructura) es romper las defensas que lo erigen.
Elena, muchas gracias (una vez más).