“Pranayama” es una técnica de respiración procedente del yoga que equilibra la respiración y la energía vital interior. “Prana” significa energía vital o aliento y “yama” significa control o expansión, por tanto, es el control de la energía vital o prolongación del aliento.
Para empezar, debemos recordar la respiración de los bebés: por la nariz y usando el abdomen. Observamos la inspiración y la exhalación sin forzarlas y, lentamente, ampliamos ambas.
Percibir el prana
Con los pulmones vacíos, retenemos un momento la inspiración y llevamos la atención a la base de la columna vertebral, el sacro. Podemos percibir un ligero calor, fuente de energía. Al inspirar de nuevo, visualizamos como el calor se desplazar hacia arriba por la columna.
Nadi Shodhana Pranayama
Con la mano derecha, coloca los dedos índice y medio en el entrecejo, sobre “el tercer ojo” o el chakra ajna, el dedo pulgar sobre la aleta derecha de la nariz y el dedo anular sobre la aleta izquierda, ambos sin presionar aún.
- Inicia el ciclo, cierra la aleta derecha e inspira por la izquierda 4 segundos.
- Cierra la aleta izquierda y exhala por la derecha 8 segundos.
- Inspira por la derecha 4 segundos.
- Cierra la aleta derecha y exhala por la izquierda 8 segundos.
Este ciclo se puede repetir primero tres veces e incrementarlo a medida que practique.
Es importante observar las dificultades o limitaciones personales y adecuar la practica.
Existen variadas formas de realizar el pranayama en función de los objetivos a conseguir, así como diferentes factores a tener en cuenta, temas que trataremos en próximos artículos.
Realizar el pranayama antes de meditar ayuda a estabilizar la respiración y la energía interior, así como mejora la vitalidad, la concentración y la salud del organismo.