Permisos: la pulsión entre deseo y censura

Desarrollo personal

Que tener el permiso explícito en un contexto de intimidad es algo imprescindible está claro para la inmensa mayoría. Aunque cada persona tiene una escala de valores y criterios que pueden diferenciarse, y es ahí donde surge el problema. Sin embargo, pedir permiso y otorgarlo (o no) sigue siendo un excelente hábito para generar vínculos saludables.

Aunque también me gustaría hablar del permiso interno, el que tú te das o no, en función del momento, de tus gustos, de tus posibilidades, y, atención, de tus aprendizajes internalizados. Porque aquí entrará en juego tus registros adquiridos por tu educación, la sociedad, la religión, tu familia... para evaluar si puedes darte el permiso o no de hacer algo o no.

Por ejemplo, tener una práctica sexual atípica a las habituales en ti, pero que choca con tu educación o tu moral o tus prejuicios... aunque en el fondo puedas estar deseándolo. Y a esta pulsión entre tu deseo y tu censura es importante antenderla.

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