Meditación por el 2012

Meditación

Llega el final del año, y si tenemos en cuenta que el año es una vuelta completa a nuestra estrella Sol, vemos que es un movimiento cíclico, un volver al inicio. Teniendo presente que el Sol también se desplaza sobre nuestra galaxia, entonces este “volver al inicio” nunca es volver a donde estábamos antes, si no un volver a empezar desde otro punto.

Con esta magna visión, revisamos este ciclo que finaliza, y proyectamos hacia adelante este volver a empezar en forma de año 2012.

Estando de pie, con los ojos cerrados, la respiración calmada, sin forzarla, visualízate en un lugar donde te sientas tranquilo.

Da un paso a la izquierda, y gírate mirando hacia donde estabas. Ahora estás en tu parte más mental, en la razón. Agradeces a esta parte la certeza, el control, la inteligencia y la seguridad que te proporciona en todo momento. Le dices también que sabes que su intención es protegerte, que ya eres una persona adulta y responsable, y que acudirás a ella siempre que lo necesites.

Vuelve al centro y da un paso a la derecha, y gírate mirando hacia donde estabas. Ahora estás en tu parte más sensible, en la emoción. Agradeces a esta parte los sentimientos, la empatía, la creatividad, la imaginación y la alegría que te proporciona en todo momento. Le dices que sabes que su intención es liberarte, que a veces te puede costar, pero que acudirás a ella siempre que lo necesites.

Vuelve al centro y da un paso hacia atrás, mirando hacia donde estabas. Ahora estás en tu cuerpo. Agradeces a tu cuerpo el movimiento, las tareas que realiza por ti, los sentidos que te ofrece, el placer, la intuición y la energía que te proporciona en todo momento. Le dices que sabes que su intención es acompañarte, y que sabes que lo cuidas menos de lo que se merece, aunque tu intención es mimarlo y quererlo, por que siempre estará ahí.

Vuelve al centro y da un paso hacia delante, y gírate mirando hacia donde estabas. Ahora estás en tu parte más etérea, en el espíritu. Agradeces a esta parte la esperanza, la fe, la unión y las trascendencia que te proporciona en todo momento. Le dices que es una parte algo más desconocida, quizá confusa, pero que alberga un poder superior, y que este es para ti. Le dices que acudirás a ella siempre que lo necesites.

Cierra los ojos. Haces una respiración más profunda. Despeja tu mente de pensamientos, preocupaciones o juicios.
Si te viene alguno, lo dejas pasar, como una nube en el cielo. Lleva toda la atención a tu cuerpo. Observa si tienes alguna tensión y relaja esa zona.
Respira con normalidad. Tomas aire por la nariz, y lo dejas salir por tu boca lentamente.

Ahora voy a hacer un recorrido, un viaje atrás en el tiempo, hasta el comienzo de este año. Me visualizo allí, empezando el 201con mis deseos, mis peticiones, mis anhelos, mis ilusiones.

Estoy ante un nuevo año para ti, posiblemente programando algunos proyectos, marcándome algunos propósitos. Mi mejor intención está al servicio de mis peticiones. Van pasando los días de este año que ahora termina, y con ellos van pasando las posibilidades, las opciones, los momentos.

Es posible que algunos de mis planes y proyectos se hallan materializado, quizás otros no. Con aquellos que sí, me beneficio de la satisfacción de haberlos llevado a cabo. Con aquellos que no, tan sólo observo qué me ha impedido realizarlos, y aprendo de ello.

Es posible que lamente algo que he hecho o dicho. O puede ser algo que no he hecho o no he dicho. Permito que el perdón se haga en mí, descubriendo que ese algo ha estado motivado por algún miedo, y que este miedo intentaba protegerme. Desde la distancia, en este momento, me visualizo haciendo o diciendo ese algo.

Es posible que eche a alguien de menos. Si es así, desde mi corazón agradezco a esa persona el haber estado junto a mi, agradezco cada momento que me ha proporcionado. Y me quedo con lo mejor que me ha dado, con su sonrisa y su abrazo.

Echo la vista atrás, observo cómo me he encontrado, qué cambios se han producido en mí.
Todos los momentos que he vivido este año, todas las decisiones que he tomado, todas las personas que me han acompañado, todas las emociones que he sentido, todo esto y más han estado ahí para mostrarme algo, para enseñarme algo sobre mi.
Así pues, les doy su espacio y agradezco a cada momento, decisión, persona, emoción y más todo lo que me ha ofrecido.

Vuelvo al momento presente, lleno de aprendizaje, de gratitud y con el corazón rebosante de afecto y amor. Y ante mí se proyecta un nuevo año, una nueva vuelta al Sol, momentos que aún no han sucedido, dispuestos a darme posibilidades, opciones.
Me visualizo caminando este nuevo periodo, con la misma predisposición que el año que termina y aún más con la mejor intención.

Extiendo mi red de proyectos, planes y deseos, sabiendo que muchos se realizarán y me colmarán de alegrías, y que otros permanecerán en mi fantasía. Permito que la aceptación se haga en mí, recibiendo todo lo que me llegue con los brazos abiertos y la mente despejada.

Extiendo mi red de paciencia, serenidad y conciencia. Le digo a mi mente, a mi cuerpo y a mi Ser que con estos tres poderes podré hacer y decir responsablemente, sin herir a nadie, atendiendo a mis necesidades y obteniendo los resultados deseados.

Extiendo mi red de afecto, cariño y amor hacia todas las personas y todos los seres que me acompañarán día a día, abro mi corazón hacia el otro, sin miedo a amar y a mostrarme tal como soy, tratando cada vida como un tesoro sagrado. Con un gesto, una mirada, una sonrisa, o una caricia es suficiente.

Echo la vista hacia adelante, recordando siempre que el pasado me enseña, pero que no es una ley absoluta. Echo la vista hacia adelante y proyecto como quiero verme, como quiero sentirme.
Todo lo que está por venir, aún incierto, estará ahí para seguir enseñándome.

Desde este momento, agradezco cada día, cada instante presente, cada abrazo y cada beso, cada momento de alegría y felicidad, cada momento de tristeza, cada momento de reunión, de esperanza y confianza.

Un ciclo termina, y otro nuevo comienza. Yo ya he comenzado.

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